Para este trabajo hemos dedicado mucha creatividad y tiempo.
Mi vida:
Me llamo Orion,nací en Esparta. Mi madre me crió ella sola ya que cuando yo era muy pequeño mi padre murió en la guerra.A mi madre no le gustaba hablar mucho de ese tema pero siempre me dijo que mi padre fue el luchador mas guapo y valiente que ella conoció nunca.
Siempre quise ser como él,por ello desde mi iniciación como guerrero a los siete años quise ser el mejor de todos.Tantos años esforzándose dieron su fruto y llegué a ser jefe de soldado,pero pese a ello nunca me olvidé de mis principios y seguía siendo el mismo ciudadano bondadoso que antes de ser jefe de soldado.
Me dirigí al mercado para comprar una buena espada,me topé con la mujer más bella de toda Esparta y ahí estaba ella tan tranquila comprando un poco de pan,parecía mandada de la mismísima Afrodita.
El deber de todo Espartano era tener unos hijos sanos y fuertes y que mejor oportunidad que tenerlos con aquella fuerte Espartana.Decidí hablarle y poco a poco nos fuimos haciendo amigos y la amistad se convirtió en algo más.
Pero antes de casarse había que esperar diez años que se pasaron muy cortos a su lado.Cuando por fin contrajimos matrimonio nos fuimos a vivir juntos,incluso compré algunos esclavos para nuestra vivienda.
Tuvimos nuestro primer hijo,Spyro en una tarde de invierno del 413.
a los dos años tuvimos nuestra primera hija,Olympia, tan bella cómo su madre.
Spyro era tan fuerte,que cuando llegó a los 7 años era uno de los mejores niños de su categoría,no esperábamos menos de él.
Su entrenamiento no cesaba ahí. Cuando yo asistía a asambleas políticas Urania enseñaba a Spyro a leer y escribir y aunque Olympia le llevaba más ventaja en ese sentido, se sentaba con ellos a escuchar.
Fueron pasando los años,felices por supuesto,teníamos buenos amigos, los míos casi todos compañeros de trabajo, incluso a veces celebramos cenas con ellos.
Nació Yorgos tan fuerte como Spyro,con una melena rubia y los ojos claros,sería muy fácil encontrarle esposa.
A los dos años de nacer Yorgos nacieron Venus e Irena dos preciosas gemelas, a Olympia le encantaba cuidar de ellas.
Pero cuando Yorgos tan sólo tenía tres años y Venus e Irena uno, en el 431, me tuve que ir a la guerra del peloponeso,pero me llevé a Spyro que por aquel entonces ya tenía 18 años y aunque los espartanos no recibían las armas de guerrero y los derechos políticos de ciudadano hasta los 20 años con Spyro hicieron una excepción.
La separación de nuestra familia fue lo más duro de todo. Ya en la guerra, peleamos todo lo que pudimos contra los atenienses con la única esperanza de volver a casa.Spyro y yo mejoramos mucho nuestra técnica de batalla, ya que no hay mejor entrenamiento que vivir en primera persona una guerra.No se cómo pudimos sobrevivir, pero no sólo eso además nuestro bando salió victorioso.Tras años de cansancio logramos volver a casa.
Olympia ya era toda una mujer hecha y derecha, por Urania habían pasado los años pero seguía igual de hermosa que siempre, se le notaba agotada.Venus e Irena estaban demasiado grandes,mi recuerdo vago de ellas estaba muy equivocado y por último Yorgos ya tenía 7 años recientes para empezar su iniciación.
Me puse manos a la obra con su iniciación,aprendía muy rápido y sería un gran luchador,pero nunca llegaría a ser igual que Spyro.Mientras tanto Olympia enseñaba a Venus e Irena,que sin duda alguna superaban en inteligencia a cualquiera de sus hermanos.
Tuvimos otro hijo,sin contar los dos que nacieron deformes y débiles que tuvimos que sacrificar, se llamaba Alpha.
Para cuando llegó la edad de su iniciación yo ya estaba viejo y muy cansado,me sentía aturdido por lo que le ordené a Spyro que lo hiciera por mi.
Mientras yo me sentía el hombre más inútil de Esparta tuve una gran idea.
Decidí comprar un potro tan fuerte como nuestra familia,ya que cuando estuve en la guerra del peloponeso, me percaté de los caballos eran muy útiles y necesarios.
Así,si en algún momento alguno de nuestros hijos tenía que ir a la guerra estaría bien preparado.
Les encomendé la tarea de domarlo a Venus e Irena que ya tenían 12 años, ellas dos siempre tuvieron buena mano con los animales además, no podría haber aguantado más sus persistentes ruegos de que ellas se encargaran de él.
Las puse una condición,sólo se podrían subir en él si alguno de sus hermanos las supervisaba.
Lo llamaron Spartacus y no sólo consiguieron domarlo sino que lo prestaron a un amigo de nuestra familia para las famosas olimpiadas y sí,ganaron.Sus nombres aparecieron como si ellas hubieran salido victoriosas.Me sentí por primera vez tan orgullosos de ellas cómo de Spyro.
Siguieron pasando los años y sucedió lo que pensé que nunca sucedería, el peor de todos los castigos.Murió la mujer más fuerte de toda Esparta la que me había otorgado y criado a mis hijos.Urania murió.Murió en un parto en el cual nuestro bebé tampoco sobrevivió.Las mujeres que morían en los partos pasarían a la inmortalidad,algo que me consolaba,pero sin Urania los días ya no eran lo mismo.
Llegué al punto en el que no quería salir de nuestra habitación,ni comer,ni dormir, morí de tristeza viendo como el mundo se apagaba conmigo, en la misma cama en la que murieron mi mujer y mi séptimo hijo.Con mi último esfuerzo escribí estas palabras.
FIN.
